Trastorno por déficit de atención con hiperactividad

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) se trata de un trastorno del comportamiento caracterizado por distracción moderada a grave, períodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas.

El TDAH es el trastorno del desarrollo neurológico diagnosticado con mayor frecuencia en los niños, y suele ocasionar un impacto muy negativo sobre múltiples áreas de funcionamiento.

Clasificación

Existen 3 tipos de TDAH:

-predominantemente hiperactivo/impulsivo.

-predominantemente inatento.

– combinado.

Epidemiología

La prevalencia mundial estimada del TDAH en niños hasta los 18 años de edad es del 5,29 %.Se han demostrado diferencias entre diversas áreas geográficas, grupos culturales y niveles socioeconómicos. Representa entre el 20 % y el 40 % de las consultas en los servicios de psiquiatría infanto-juvenil. La proporción entre niños y niñas con TDAH es de 4:1

Etiología

Se han demostrado factores de origen hereditario en un 80 % de los casos. Diversos estudios demuestran que no hay una transmisión familiar del trastorno (a través de patrones educativos).En contraste, cabe destacar que la contribución estimada de factores no hereditarios a todos los casos de TDAH es de un 20 %.Para explicar esa minoría de casos, se ha propuesto la intervención de causas multifactoriales que suponen también factores genéticos, aunque en combinación con factores ambientales. La influencia de causas congénitas que podrían actuar durante la gestación (es decir, no hereditarias, con participación de factores genéticos o ambientales en proporciones variables), tales como la exposición en útero a la nicotina, no se consideran tan importantes como hace unas décadas. Es de notar que, incluso en casos que a primera vista se atribuyen a factores ambientales (como el recién mencionado), la intervención del factor netamente genético ofrece una explicación plausible. En ese sentido, se ha establecido que los índices de tabaquismo entre mujeres con TDAH son varias veces mayores que en la población general, y, en virtud de ello, ellas son también más propensas a fumar durante el embarazo. Como corolario, la presencia del TDAH en el niño por nacer remite nuevamente a factores genéticos.

Se han realizado diversos estudios que mencionan los patrones similares en la historia del individuo con TDAH. En la historia prenatal se cita que las madres padecieron un estado de salud, en el cual estuvieron ingiriendo medicamentos, consumo de sustancias alcohólicas durante el embarazo. En la parte perinatal del embarazo, los bebés tuvieron complicaciones después del nacimiento, presentaron sufrimiento fetal (hipoxia, nacimiento con fórceps), las madres sufrieron de eclampsia, los partos duraron de 7 a 12 horas, y los bebés tuvieron un peso menor a 2 kg por gestación menor a ocho meses. En la historia postnatal, los niños son muy activos, bastante insistentes para pedir algo e inquietos al dormir.

Hay también factores evolutivos importantes por mencionar; los niños gatearon entre los 6 y 12 meses de edad, caminaron entre 12 y 18 meses de edad, pronunciaron las primeras palabras entre los 9 y 13 meses de edad y pronunciaron dos palabras juntas entre los 14 y 18 meses de edad.

Los ganglios basales y los lóbulos frontales son dos estructuras afectadas en los niños con déficit de atención e hiperactividad. Los científicos han encontrado cambios negativos en el lóbulo frontal, órganos del cerebro que intervienen en el control de la conducta, en la solución de problemas y en la capacidad para mantener la atención. Esto explica la dificultad de los enfermos para controlar el comportamiento, filtrar los estímulos y permanecer atentos. Otra región comprometida corresponde a los ganglios basales, que son agrupaciones de neuronas (células nerviosas) localizadas en la profundidad del cerebro y que trabajan de manera coordinada con el lóbulo frontal.

Se piensa (no está contrastado) que una causa importante en la incrementación del número de niños que padecen TDAH desde las últimas tres décadas, podría ser el consumo desmesurado del aditivo adictivo E-621, también conocido como Glutamato Monosódico. Muchas veces, éste es camuflado tras nombres como: proteína vegetal hidrolizada, suavizante natural de carnes, resaltador de sabor, extracto de levadura, saborizante natural, etc. Esta substancia neurotóxica se encuentra comúnmente en cualquier alimento procesado industrialmente, así como cubitos de caldo, hamburguesas, snacks infantiles y salsas.

Se ha detectado que dos sustancias químicas que utilizan las neuronas para comunicarse entre sí, dopamina y noradrenalina, están alteradas en los niños con déficit de atención e hiperactividad, pero no en sujetos sanos. Así, mientras tales compuestos abundan en los ganglios basales y en el lóbulo frontal de personas normales, no están disponibles en suficiente cantidad en los enfermos hiperactivos. Por tal motivo, el funcionamiento del cerebro es defectuoso y, sin tratamiento, el estado de anormalidad es permanente.

 

 Cuadro clínico

  • Una sensación de no lograr los propósitos, de no alcanzar los objetivos.
  • Dificultades para organizarse.
  • Realización simultánea de diversas tareas, comenzando una sin haber finalizado la anterior.
  • Tendencia a decir lo primero que pasa por la cabeza sin tener en cuenta la oportunidad o lo apropiado del comentario.
  • Una búsqueda habitual de estímulos nuevos.
  • Facilidad para distraerse, problemas para mantener la atención a lo largo del tiempo.
  • A menudo es una persona creativa, con gran iniciativa.
  • Problemas para desenvolverse a través de los cauces establecidos, siguiendo el procedimiento “adecuado”.
  • Impaciencia; dificultad para esperar.
  • Impulsividad verbal o en acción.
  • Tendencia a preocuparse innecesariamente de forma interminable.
  • Sensación de inseguridad.
  • Cambios en el estado de ánimo y en las actitudes.
  • Inquietud.
  • Tendencia a caer en adicciones (aspecto muy discutido).
  • Problemas crónicos de autoestima, relacionados con el rechazo del entorno.
  • Historial familiar de TDA, enfermedad maníacodepresiva, depresión, abuso de sustancias u otros trastornos de control de los impulsos o del estado de ánimo.

Los niños con TDAH generalmente, cuando empiezan a andar lo que hacen es correr “como si tuvieran un motor dentro”, refieren algunos padres. En sus inicios escolares tienen problemas con la lectoescritura y la matemática, habilidades que requieren un esfuerzo de concentración más prolongado.

Algunas de las actuaciones que se asocian habitualmente con el TDAH derivan de la inatención, impulsividad e hiperactividad, si bien ninguna de ellas es concluyente ni definitiva: no lograr mantener la atención a detalles o evitar cometer errores por descuido en el trabajo, realizar movimientos nerviosos con manos o pies, o retorcerse en el asiento, tener dificultad para mantener la atención en actividades por las no sienten interés, levantarse en situaciones en las que se espera que permanezca sentado, no escuchar cuando le hablan directamente o sentirse intranquilo e inquieto, no seguir instrucciones y no terminar el trabajo exitosamente, la dificultad para involucrarse en actividades calmadas en sus ratos de ocio o para organizar tareas y actividades, la sensación de estar “en marcha” o “empujado por un motor”, el deseo de evitar los trabajos que requieren un esfuerzo mental sostenido, hablar excesivamente, perder cosas necesarias para tareas y actividades, contestar abruptamente antes de que terminen de preguntarte algo, distraerse con facilidad, la impaciencia para esperar su turno, el olvido de sus deberes diarios o la interrupción en lo que otros están haciendo son rasgos característicos.

Al llegar a la edad adulta, el individuo ha podido acomodar el TDAH a la vida real. Si bien las características del TDAH han sido plenamente referenciadas respecto a menores de edad, se suele señalar que no existen estudios suficientes respecto a adultos. No obstante, algunas de estas características en adultos serían.

  • Disminución del rendimiento académico y profesional.
  • Dificultades en el desarrollo social y emocional: Amigos poco estables, relaciones poco duraderas.
  • Comportamientos conflictivos.
  • Adicción a sustancias tóxicas: Según publicó el psiquiatra Néstor Szerman, un 20% de los adultos que sufren adicciones a la cocaína, cannabis y otras sustancias, padecen TDAH y este índice llega a un 50 % en el caso de personas con dependencia alcohólica[ añadiendo que dicha drogadicción se suprimiría actuando más sobre el TDAH que sobre la propia drogadicción.
  • Síntomas depresivos: debidos a las carencias emocionales, laborales y educativas antes citadas y a la sensación de fracaso escolar o profesional.

Trastornos asociados

Se estima que hasta dos tercios de los niños con TDAH tiene uno o más trastornos coexistentes. Los más comunes son el trastorno negativista desafiante, la ansiedad y el trastorno de conducta. En niños de edades comprendidas entre los 6 y los 17 años, los trastornos de ansiedad parecen ser más comunes en las niñas que en los niños. Entre los adolescentes, son frecuentes la depresión, el trastorno bipolar y el trastorno por uso de sustancias. Otras comorbilidades posibles son los trastornos alimentarios, los trastornos del sueño, los problemas de aprendizaje, el trastorno de tics y ciertas enfermedades como la epilepsia y la enfermedad celíaca

Tratamiento

El tratamiento del TDAH se basa principalmente en dos componentes: las terapias conductuales y el tratamiento farmacológico.[]

Asimismo, actualmente hay un interés creciente en la intervención dietética y nutricional, mediante dietas de eliminiación de alimentos causantes de alergias o sensibilidad, y/o la administración de suplementos de ácidos grasos.

Neurofeedback

El neurofeedback o neurorretroalimentación, es una modalidad de tratamiento bien establecido y no invasivo basado en el aprendizaje mediante el modelo de condicionamento operante de Skinner, con el cual el cerebro aprende a autorregular determinados patrones de actividad cerebral, y a aplicar estas habilidades en las actividades de la vida diaria. Las sesiones de neurofeedback son monitorizadas por un terapeuta quien le coloca electrodos en el cuero cabelludo del niño. Los electrodos funcionan como sensores que recogen la información sobre la actividad eléctrica de su cerebro que es procesada por un programa informático pudiendo de esta manera analizar su patrón de ondas cerebrales. Cada vez que su patrón de ondas cerebrales, registradas gracias a los electrodos, se acerca al patrón de ondas objetivo, el niño conseguirà que el videojuego avance, recibiendo entonces el feedback necesario que le reforzará su patrón objetivo. Se considera que los beneficios a largo plazo del entrenamiento con neurofeedback para el TDAH puedan ser: Un aumento en el ritmo de aprendizaje. Una mejora en la memoria de trabajo. Un aumento en la capacidad de concentración. Un aumento en la capacidad de atención Una mejora en la gestión del estrés y superar el miedo al fracaso. Mejora habilidade sociales. Un aumento de la motivación y el interés en la tarea. Un aumento de la plasticidad neuronal. Mejora global de todas de las funciones. No efectos secundarios

Intervenciones dietéticas

El tratamiento dietético de los problemas de conducta en los niños lleva siendo objeto de numerosos estudios desde la década de 1920 y actualmente está ganando popularidad No obstante, algunos de los estudios presentan una cuestión importante con respecto a la posible influencia de las percepciones y /o expectativas de los padres.

Dieta de eliminación de azúcar

La idea de que los alimentos que contienen azúcar, principalmente sacarosa, podría tener un efecto adverso sobre el comportamiento, se planteó por primera vez en 1922. En la década de 1970 tuvo un gran auge, especialmente apoyada por la literatura laica. Dos estudios transversales encontraron diferentes relaciones entre la ingesta de azúcar y los síntomas de hiperactividad, si bien estos estudios estaban mal diseñados. Otros estudios demuestran que la cantidad de azúcar en la dieta no influye en el comportamiento infantil, sino que los padres que tienen prejuicios hacia los efectos de los dulces perciben erróneamente que sus hijos están más inquietos y nerviosos cuando comen golosinas.

Alergia y sensibilidad a alimentos

La idea de que la hiperactividad en niños puede resultar de una sensibilidad a alimentos específicos solapa con concepciones existentes sobre alergias alimentarias.

La obra más famosa data de la década de 1970 (Feingold, 1975), que concluía que al menos el 50% de los niños con hiperactividad y trastorno del aprendizaje mejoraba con dieta libre de salicilatos y aditivos. Estudios controlados posteriores no demostraron los hallazgos de Feingold, pero sí identificaron un pequeño subgrupo de niños con verdadera sensibilidad a los aditivos alimentarios.

Con el tiempo, la mayoría de las teorías a favor de los tratamientos dietéticos han combinado las recomendaciones de Feingold con investigaciones posteriores de restringir no sólo aditivos alimentarios, colorantes y conservantes, sino también azúcares, productos lácteos, trigo, maíz, levadura, soja, cítricos, huevos, chocolate o nueces, que son alimentos comúnmente asociados con reacciones alérgicas en los niños.

La evaluación de la relación entre la comida y el comportamiento del niño es complicada, por diversos problemas metodológicos. No obstante, en su conjunto, estos estudios demuestran efectivamente que las alergias o la sensibilidad a ciertos alimentos pueden provocar la aparición de problemas de comportamiento en algunos niños y que los niños que sí tienen sensibilidades identificables a ciertos alimentos podrían beneficiarse de su supresión de la alimentación (dieta de eliminación).

 Dieta sin gluten

Tras varias sospechas en investigación básica y revisiones sobre el efecto del tratamiento del TDAH con la eliminación del gluten de la alimentación, se comprobó en un estudio que la dieta sin gluten durante 6 meses produjo mejoría de los síntomas del TDAH. En un estudio de 2012 (Jackson JR et al.) se observó cómo la mayoría de los pacientes (74%) prefirió seguir una dieta sin gluten, debido al considerable alivio de su sintomatología.

Suplementación con ácidos grasos

Una nueva vía de estudio es la influencia de determinados ácidos grasos, en particular el ácido araquidónico (AA), el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexanoico (DHA). Está bien establecido que estos ácidos grasos son importantes en el desarrollo estructural y funcional y el mantenimiento de las membranas neuronales. Las deficiencias en los ácidos grasos esenciales han sido implicadas como causa de una serie de trastornos del desarrollo y del comportamiento, incluyendo el TDAH. Además, los estudios han demostrado bajos niveles en sangre de ciertos ácidos grasos esenciales entre los niños con TDAH. Esto ha llevado a los investigadores a postular que estas deficiencias son responsables de las características clave del TDAH

Hasta la fecha, sin embargo, los ensayos publicados sobre la suplementación con ácidos grasos en los niños con TDAH no han podido demostrar mejoras en los síntomas del TDAH, si bien una vez más, una serie de problemas metodológicos puede haber limitado la capacidad de los investigadores para identificar los verdaderos efectos

Pautas educativas en la escuela

La hiperactividad motriz, es decir, la actividad constante sin un fin claramente definido, es el síntoma más destacado en los niños de 3 a 10 años. A partir de los diez años, pasará a caracterizarse por el predominio de una actividad motriz fina, que implicará movimientos en las manos, hablar en exceso, risas, canturrear. En muchos casos, sobre todo en niños a partir de los 9 años, la hiperactividad motriz en el aula ya no se manifiesta con carreras, sino que es sustituida por excusas constantes para poderse poner en pie como, enseñar una y otra vez la tarea inacabada al profesor. Para que el docente pueda mejorar la conducta del alumno tiene que saber que estrategias y recursos tiene a su alcance para poder modificarla. Su percepción, como se comportan o cómo reaccionan ante las circunstancias serán de interés para aplicar la metodología. La inseguridad respecto al futuro, por lo que anticiparles visualmente lo que ocurrirá a continuación aumentará su seguridad y confianza.

 

Pautas para el manejo de la inquietud motora en la escuela. Se debe:

  • Validar al alumno/a más allá de esta característica.
  • Alternar el trabajo que debe realizar en el pupitre con otras actividades que le permitan levantarse y moverse un poco, desde la academia ESTUDI, proponemos a los profesores, dar responsabilidades “extra” dentro del aula a éstos alumnos, como por ejemplo, borrar la pizarra, ser más veces el encargado de clase. Cuando vayan de excursión, otorgarle responsabilidades adicionales como por ejemplo, repartir las entradas de los lugares a visitar, pasar lista con nuestra ayuda…
  • Ayudarles a destacar en aquello que saben hacer bien.
  • Transmitir calma: hablar despacio, suave, contacto físico, es interesante situarnos a su altura visual.
  • Hacerle tomar conciencia de sus dificultades para estar sentado.
  • No privarlos del recreo o la actividad física.

En cuanto a los profesores, deben de tener:

  • Una actitud positiva
  • Una capacidad para solucionar los problemas de forma organizada, desde la academia ESTUDI, proponemos la enseñanza y práctica en las clases de diversas técnicas de autocontrol ( la técnica de la tortuga, la del semáforo y la del volcán entre otras), relajación ( Jacobson y Mindfulness …) y técnicas de modificación de conducta ( economía de fichas, entrenamiento autoinstruccional, autoevaluación reforzada..)
  • Saber que el alumno no se comporta de esa forma porque quiere sino por su trastorno
  • Asegurar una estructura del aula,
  • Proporcionar instrucciones breves y simples
  • Llevar a cabo las adaptaciones metodologías que el alumno necesite (sentarlo a su lado por ejemplo).
  • Tener información y conocimiento acerca del TDAH.

Pronóstico

Según los conceptos actuales, hasta un 60 % de los niños afectados manifestará el trastorno en su vida adulta Los síntomas varían en las distintas etapas del desarrollo.

Al observar la evolución a lo largo del tiempo, se aprecia que lo primero que disminuye son los síntomas de la hiperactividad. El 80% de los pacientes dejan de ser hiperactivos al llegar a los 12 ó 14 años. Por esta razón, en épocas pasadas los pediatras afirmaban equivocadamente “que había que esperar hasta la pubertad, ya que después se le iba a pasar”. Habitualmente, la impulsividad persiste durante más tiempo, aunque puede ir atenuándose con los años. En cambio, la inatención suele ser muy persistente.

El equipo docente de la academia ESTUDI

El grupo de profesionales que conforma nuestro centro educativo, está completamente preparado para atender a alumnos con éste trastorno y ofrecerles en cada momento la atención que precisan, ya que conocemos en profundidad sus características y peculiaridades y sabemos como actuar para paliar sus efectos.

Puesto que consideramos que el juego es la mejor manera de aprender, hemos desarrollado una serie de juegos y actividades especificas para niños con TDAH encaminadas no solo  a comprender con mayor facilidad el temario de sus competencias básicas, sino a dotarles de una mayor autoestima y autocontrol, muy necesario para ir superando las dificultades que se irán presentando en el día a día .