Las comidas familiares son uno de los mejores espacios de distensión y apoyo emocional para los niños y niñas, y su efecto positivo en los hábitos alimentarios está demostrado. Un estudio publicado en el Journal of Family Psychology añade una nueva ventaja al hecho de sentarnos juntos a la mesa: la adquisición de habilidades sociales. Tras analizar los datos de más de 24.000 niños y niñas de seis años, los investigadores aseguran que hay una relación clara entre la calidad de las habilidades sociales de los niños y el número de comidas que se realizan en familia. Además muestran una mayor implicación en la escuela.

El equipo educativo de la academia ESTUDI, comparte la conclusión de éste estudio y anima a las madres y padres de nuestros alumnos a disfrutar de esos momentos que pueden ser tan enriquecedores con sus hijos. En muchas ocasiones, nuestros pequeños se quedan a comer en el comedor del colegio y la única oportunidad que tenemos es compartir la cena con ellos. Hagámoslo y aunque al llegar a casa después de un agotador día de trabajo, nos apetezca que ellos cenen antes y mandarlos pronto a dormir. Os aconsejamos que os sentéis juntos, compartáis anécdotas de la jornada y disfrutéis de la compañía de los pequeños de la casa.

No hay imagen más bella que una mesa compartida en familia.

Anna Sancho Dalmau